En la niñez podría aparecer un grupo de trastornos conocidos como trastornos del neurodesarrollo. Entre estas se encuentran los trastornos del espectro autista (TEA) estos se describen como una discapacidad del desarrollo que puede provocar problemas psicosociales significativos. A veces, los TEA pueden detectarse a los 18 meses de edad o incluso antes. A los 2 años de edad, el diagnóstico realizado por un profesional con experiencia puede considerarse muy confiable. Sin embargo, muchos niños no reciben un diagnóstico final hasta que son mucho más grandes. Este retraso significa que hay niños con TEA que podrían no obtener la ayuda temprana que necesitan.
Las causas no se conocen, pero se han observado causas múltiples, biológicas, genéticas y otras. Según el Manual diagnóstico y estadístico de trastornos mentales (DSM-5), una guía creada por la Asociación Americana de Psiquiatría que se utiliza para diagnosticar trastornos mentales, las personas con trastornos del espectro autista tienen: dificultad para comunicarse e interactuar con otras personas, intereses limitados y comportamientos repetitivos, síntomas que afectan la capacidad de esa persona para desempeñarse en la escuela, el trabajo y otras áreas de la vida.
Se utiliza el término “espectro” para describir el autismo porque existe una amplia variedad de tipos clínicos y la gravedad de los síntomas que experimentan las personas con esos trastornos.
Los TEA, presentan diversos síntomas y conductas. Aunque son diversos, vamos a describir parte de estos:
Hacer poco contacto visual o hacerlo de manera inconsistente.
Tener la tendencia de no ver o de no escuchar a las personas.
Compartir rara vez los objetos o las actividades que les gustan, señalándolos o mostrándolos a otros.
No responder o demorar en responder cuando se les llama por su nombre o mediante otros intentos verbales para captar su atención.
Tener dificultad para seguir las conversaciones.
A menudo, hablar durante largo tiempo sobre un tema que prefieren, sin permitir que otros tengan la oportunidad de responder o sin darse cuenta cuando los demás reaccionan con indiferencia.
Tener expresiones faciales, movimientos y gestos que no coinciden con lo que están diciendo.
Tener un tono inusual de voz que puede sonar como si estuvieran cantando, o un tono monótono y similar al de un robot.
Tener problemas para comprender el punto de vista de otra persona, o no poder predecir o entender las acciones de otros.
El tratamiento de los trastornos del espectro autista debe comenzar lo antes posible después del diagnóstico. El tratamiento temprano es importante porque la atención adecuada puede disminuir las dificultades que tienen las personas al mismo tiempo que les ayuda a aprender nuevas habilidades y aprovechar al máximo sus fortalezas.
Los padres de niños autistas, también necesitan apoyo psicológico, pues muchas veces se sienten muy ansiosos y sufren ante la realidad de sus hijos. Son muchos los recursos terapéuticos para el tratamiento del TEA y los padres de niños autistas pueden apoyarse de diversos profesionales de la salud. Por ejemplo: con psiquiatras, psicólogos, psicopedagogos y otros especialistas. Se prescriben psicofármacos como por ejemplo: antipsicóticos. En psicología clínica, se utiliza la terapia cognitivo conductual. Hay muchas otras terapias que también ayudan como por ejemplo: mindfulness y con la neuroestimulación, la Estimulación Magnética Transcraneal repetitiva.
Finalmente también existen muchos programas de asistencia social que pueden ayudar a un paciente de TEA y sus familiares.
Si piensa que su hijo puede tener un TEA o que puede haber un problema en la forma en que juega, aprende, habla o actúa, comuníquese con el pediatra de su hijo y coméntele sus inquietudes.
Referencias:
1. ¿Qué son los trastornos del espectro autista? Disponible en: https://www.nimh.nih.gov/health/publications/espanol/trastornos-del-espectro-autista/index.shtml
2. Información básica sobre el trastorno del espectro autista. Disponible en: https://www.cdc.gov/ncbddd/spanish/autism/facts.html
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