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Foto del escritorRose E. Nina, MD., Ph.D.

Las bebidas alcohólicas y salud mental



El alcohol es una droga socialmente aceptada. Y sus efectos en el sistema nervioso central se observa según el consumo en cantidades. El consumo de alcohol dentro de los límites recomendados y con el exceso de bebida, presenta efectos diferentes en el cerebro. Por ejemplo, la bebida moderada puede tener beneficios antiinflamatorios para la salud, una mejor memoria, disminución del riesgo de enfermedad y longevidad aunque las investigaciones indican que no hay un nivel inocuo de consumo por lo que respecta al cáncer. Muchos investigadores están de acuerdo en que el volumen de alcohol que se consume tiende a determinar las consecuencias; los grados de consumo de alcohol más elevados se han vinculado a desenlaces adversos en la salud física y mental, en tanto que el consumo moderado puede tener un efecto protector e incluso beneficioso en determinados trastornos de la salud.


Se describen un grupo de trastornos afectivos y de la conducta, además de otro grupo de trastornos asociados directamente al alcoholismo. Incluso conocidas como patologías duales. También se asocian los factores de riesgos biológicos, psicológicos y sociales como factor etiológico en estos trastornos mentales. Asimismo, individuos con una salud mental más deficiente tienen más probabilidades de utilizar sustancias como alcohol, como un mecanismo para hacer frente a la adversidad o tienen más riesgo de un consumo nocivo de bebida. También el consumo de alcohol es parte de actividades sociales, fiestas y actividades recreativas. Por ejemplo: las fiestas navideñas.



Se ha observado recientemente que a nivel físico el consumo de alcohol moderado favorece la naturaleza inflamatoria de algunos trastornos mentales (como la depresión) y la conexión entre esta inflamación y la salud intestinal. El consumo intenso de bebida altera el equilibrio saludable y la estructura del microbioma intestinal y se ha demostrado que las parrandas alcohólicas producen endotoxemia, también conocida como "intestino filtrador". Nueva investigación apunta a la salud intestinal como un factor importante que determina la salud global.



Aunque la bebida excesiva puede ser una estrategia de control del estrés a corto plazo, las consecuencias fisiológicas y conductuales del consumo excesivo de alcohol pueden crear un ciclo de riesgo que contribuye a un agravamiento de la salud mental o a complicaciones en el tratamiento o atención a un trastorno mental.


Algunas de las culturas más saludables en el mundo son bebedoras moderadas y en ellas el alcohol es una parte integral de la vida cotidiana. Consumir bebidas alcohólicas dentro de las recomendaciones de bajo riesgo atenúa algunos de los efectos nocivos de los radicales libres y la lesión oxidativa, la cual se ha demostrado que protege contra algunas enfermedades crónicas. Si vas a beber que sea moderado.




Referencias:

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