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La Depresión duele, pero los otros no lo ven



La depresión es un trastorno mental frecuente, que se caracteriza por la presencia de tristeza, pérdida de interés o placer, sentimientos de culpa o falta de autoestima, trastornos del sueño o del apetito, sensación de cansancio y falta de concentración (1).

La depresión afecta a personas de todas las edades y condiciones sociales y de todos los países. Provoca angustia mental y afecta a la capacidad de las personas para llevar a cabo incluso las tareas cotidianas más simples, lo que tiene en ocasiones efectos nefastos sobre las relaciones con la familia y los amigos y sobre la capacidad de ganarse la vida. En otras palabras, la depresión duele (1).



Algo preocupante es que la depresión puede provocar el suicidio en dos grupos de poblaciones entre las personas de 15 a 29 años de edad y en personas mayores de 60 años. En las poblaciones geriátricas la depresión se considera el trastorno mental de mayor incidencia, donde se describe que de un 15 a un 65% han padecido alguna vez depresión (1).


La depresión puede causar grandes sufrimientos y trastornar la vida cotidiana de toda persona que la padece. En casos de los jóvenes, sobre todo adolescentes y adultos jóvenes que no buscan ayuda y quienes le rodean como sus familias y amigos no suelen comprender qué les pasa.


He aquí algunos de los síntomas a observar y tomar en cuenta donde exista la depresión en algún familiar viejo o joven e incluso adulto.



El National Institute the Mental Health expresa lo importante de saber cuáles son las señales y buscar ayuda. La depresión tiene muchos síntomas, incluso físicos y los siguientes son algunos que puede presentar:


  • Estado de ánimo constantemente triste o ansioso.

  • Sentirse “vacío” gran parte del tiempo.

  • Pérdida de interés o de placer en los pasatiempos y las actividades.

  • Pesimismo o falta de esperanza.

  • Sentimientos de culpa, falta de autoestima e impotencia.

  • Fatiga o tener menos energía, sentir que se mueve o habla más lentamente.

  • Dificultad para concentrarse, recordar detalles o tomar decisiones.

  • Problemas para dormir, incluyendo despertarse muy temprano o dormir demasiado.

  • Cambios en el apetito o el peso, sin proponérselos.

  • Pensamientos sobre la muerte o el suicidio o intentos de suicidio.

  • Sentirse inquieto o irritable.

  • Dolores y molestias físicas, como dolor de cabeza, calambres o trastornos digestivos sin ninguna causa física aparente y que no se alivian ni siquiera con tratamiento.



Aunque la depresión duele podemos hacer mucho para prevenirla, tratarla y curarla. Aconsejar que busque ayuda de un profesional de la conducta y llevar un tratamiento adecuado, ya sea con psicofármacos, psicoterapia y con las nuevas terapias de Estimulación Magnética Transcraneal repetitiva.


Una mejor comprensión de qué es la depresión y de cómo puede prevenirse y tratarse contribuirá a reducir la estigmatización asociada a la enfermedad y conlleva un aumento del número de personas que piden ayuda en estas edades.


En el Instituto Nina de Neurociencias Clínicas podemos ayudarte. Haz tu cita: en los teléfonos: (809) 686-0651 y WhatAapp: (829)750-0651.


Referencias:

1. Nina RE. Conferencia: La depresión duele. 2 de febrero 2016

2. OMS/Depresión Consultado: 16 de marzo de 2017 Disponible en: www.who.int/entity/campaigns/world-health-day/2017/es/ - 35k

3. OMS/Día Mundial de la Salud 2017. Consultado 16 de marzo de 2017. Disponible en: www.who.int/entity/campaigns/world-health-day/2017/campaign-essentials/es/

4. La salud mental y los adultos mayores. Organización Mundial de la Salud. Nota descriptiva N°381. Septiembre de 2015.

5. Los adultos mayores y la depresión (nih.gov). Publicación de NIH Núm. SQF 16-7697 Traducida en enero del 2017. Consultado el 8 de febrero de 2021.


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