La salud mental es una de las áreas más desatendidas de la salud pública. Cerca de 1000 millones de personas viven con un trastorno mental, 3 millones de personas mueren cada año por el consumo nocivo de alcohol y una persona se suicida cada 40 segundos. Y ahora, miles de millones de personas de todo el mundo se han visto afectadas por la pandemia de COVID-19, que está teniendo repercusiones adicionales en la salud mental de las personas.
En la vida estresante de hoy en día, tanto hombres como mujeres pueden sufrir ansiedad o también conocido como estrés. Hans Selye, científico canadiense en el 1935, definió el concepto de estrés como la capacidad de adaptación que tenga el individuo a enfrentar los estresores. Los estresores son causas de estrés y pueden ser biológicos: como enfermedades, otros psicológicos, como depresión y sociales como pérdida de un empleo. Se ha observado que existe un estrés positivo y un estrés negativo.
El estrés positivo es una respuesta normal en la vida, ante situaciones estresantes, es de corta duración que motiva y ayuda ser más productivo. Sin embargo, el estrés negativo es una respuesta dañina mantenida, de larga duración, produciendo una ansiedad manifestándose en enfermedades físicas y mentales. Por ejemplo: el insomnio vespertino, hipertensión, gastritis, úlceras estomacales y otras.
La ansiedad entonces se define como el estado de inquietud o de zozobra; se experimenta la sensación subjetiva de malestar y de opresión y el sentimiento de un peligro, para la persona desconocida, frente al cual se siente inseguro y amenazado. Se acompaña de síntomas físicos: dolor abdominal, diarrea, mareo, resequedad de boca y garganta, dolor de cabeza, tensión muscular, respiración rápida, frecuencia cardiaca aumentada, sudoración, temblores, irritabilidad, problemas sexuales, insomnio y pesadillas. Los síntomas psicológicos pueden desarrollar sentimientos negativos, sentir que algo malo va a suceder, una sensación de muerte inminente que le hace sufrir, sensación de desapego hacia sí mismo y hacia el mundo, preocupación, tensión, falta de concentración y cambio de personalidad. La irritabilidad puede llegar a la agresividad, produce grandes frustraciones que se canalizan de forma violenta o con uso de alcohol y drogas.
Si el estrés se prolonga debe ir a un profesional de la salud mental, quien indicará el tratamiento, con psicofármacos y/o psicoterapia. Hay otras opciones como: relajación, meditación, actividades recreativas, ejercicios, etc. El mantener nuestra salud mental es un deber y un derecho. Existen muchas opciones terapéuticas para lograrlo.
En este Día Mundial de la Salud Mental, debemos hacer conciencia de que se puede lograr la Salud Mental y seguir las recomendaciones de la OMS que expresa: "La campaña del Día Mundial de la Salud Mental ofrecerá oportunidades, principalmente en línea dada la persistencia de la pandemia, para que todos nosotros hagamos algo a favor de la vida: a nivel individual, tomar medidas concretas a favor de nuestra propia salud mental y apoyar a los amigos y familiares que estén afectados por un trastorno de este tipo. Como empleadores debemos adoptar medidas para establecer programas de bienestar de los empleados; a nivel gubernamental, comprometerse a establecer o ampliar los servicios de salud mental; y los periodistas deben explicar qué más puede y debe hacerse para que la atención de la salud mental sea una realidad para todos".
Y recuerda: "Para lograr el equilibrio en la vida necesitas de Salud Mental".
Referencias:
1. Día Mundial de la Salud Mental: una oportunidad para impulsar un aumento a gran escala de la inversión en salud mental. Comunicado de prensa. OMS. [Internet] (27 Ago 2020). (Consultado 10 Oct.2020). Disponible en: https://www.who.int/es/news-room/detail/27-08-2020-world-mental-health-day-an-opportunity-to-kick-start-a-massive-scale-up-in-investment-in-mental-health
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