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Foto del escritorRose E. Nina, MD., Ph.D.

Los trastornos de control de impulsos



Los trastornos del control de los impulsos se caracterizan por la dificultad para resistir un impulso, una motivación o una tentación de llevar a cabo un acto perjudicial para la persona o para los demás. Presenta diferentes variedades clínicas. En la mayoría de estos trastornos estas personas perciben una sensación de tensión o activación interior antes de cometer el acto y luego experimentan placer, gratificación o liberación en el momento de llevarlo a cabo. Después de realizar el acto podrían o no sentir culpabilidad, arrepentimiento o autorreproche.


La sintomatología suele ser crónica y en un gran número de veces intrusiva, llegando a interferir en diferentes áreas de la vida del paciente. Asimismo, las personas afectadas por un trastorno de control de impulsos tienden a poseer un déficit en la capacidad para controlar sus emociones, lo que unido a los síntomas propios del trastorno puede provocar también una serie de alteraciones emocionales.


En la mayoría de los casos, la afección comienza en la etapa de la infancia o la adolescencia y los síntomas tienden a agravarse con el tiempo.


Las variedades clínicas más conocidos son las siguientes:


Trastorno explosivo intermitente: se caracteriza por la aparición de episodios aislados en los que el individuo no puede controlar los impulsos agresivos, dando lugar a violencia y destrucción de la propiedad.

Cleptomanía: se caracteriza por una dificultad recurrente para resistir el impulso de robar objetos que no son necesarios para el uso personal o por su valor monetario.


Piromanía: se caracteriza por un patrón de comportamiento que lleva a provocar incendios por puro placer, gratificación o liberación de la tensión.


Juego patológico: se caracteriza por un comportamiento de juego desadaptativo, persistente y recurrente. como indican por lo menos cinco (o más) de los siguientes ítems:

Tricotilmanía: se caracteriza por un comportamiento recurrente de arrancarse el propio cabello por simple placer, gratificación o liberación de la tensión que provoca una perceptible pérdida de pelo.


Algunas de las posibles causas para los diferentes tipos de trastornos del control de impulsos son: déficit en las funciones ejecutivas (escasa inhibición de conducta), escasas habilidades de comunicación, falta de asertividad, déficit en la regulación emocional, baja intolerancia a la frustración, antecedentes familiares, haber sufrido abusos y/o violencia y finalmente abuso de sustancias. Estas posibles causas deben ser exploradas en cada caso.

El tratamiento de estas condiciones mentales debe ser asistido por un equipo de salud mental entre psiquiatras y psicólogos. Existen una serie de objetivos terapéuticos a cumplir con este tipo de paciente: tener un mayor autocontrol y autoconfianza. Desarrollar un patrón de pensamiento más reflexivo, asertivo y funcional. Se recomiendan técnicas diversas como relajación y mindfulness. También hay que apoyarles con técnicas cognitivo conductual y psicofármacos prescritos por el psiquiatra.


Referencias:


1. Trastornos del control de impulso. Disponible en: https://webs.ucm.es/info/psclinic/recursospat2/tcontimpulsos.htm

2. Criterios diagnósticos DSM-IV y CIE-10 de los distintos trastornos en el control de impulsos.


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