La depresión es un trastorno mental tipo afectivo donde el síntoma principal es el estado de ánimo depresivo, y este trastorno afecta tanto a nivel de la cognición como la conducta y las relaciones humanas. En la vejez, que se define como toda persona mayor de 60 años descrita por la Organización Mundial de la Salud. Esta es una etapa de la vida donde surgen muchos cambios a nivel biológicos, psicológicos y sociales. Es una etapa donde existen cambios físicos, apareciendo diversas enfermedades, muchas crónicas como por ejemplo: la hipertensión, a nivel psicológico: como la depresión y a nivel social: la jubilación, siendo esta etapa de menores ingresos económicos.
Se describe que a lo largo de la vida son muchos los factores sociales, psíquicos y biológicos que determinan la salud mental de las personas. Además de las causas generales de tensión con que se enfrenta todo el mundo, muchos adultos mayores se ven privados de la capacidad de vivir independientemente por dificultades de movilidad, dolor crónico, fragilidad u otros problemas mentales o físicos, de modo que necesitan asistencia a largo plazo. Existen diversas causas, factores biológicos y los psicosociales que podrían ocasionar la depresión.
Causas biológicas tenemos:
El proceso normal de envejecimiento.
Enfermedades como: demencia, otros trastornos degenerativos, enfermedades cardíacas, enfermedades endocrinas, neoplasia y deficiencias nutricionales.
Genética
Neurotransmisores a nivel cerebral
Causas psicológicas:
Jubilación
Viudez
Pérdida de los hijos
Soledad
Sentimiento de Inutilidad
Pérdida de los Amigos
Muerte
Causas sociales:
Contactos sociales reducidos
La soledad
Pobreza
Enfermedades Físicas
Todos estos factores biopsicosociales son las posibles causas a descartar en una depresión en los adultos mayores. A nivel epidemiológico se registra que de un 15 a 65 % de esta población al menos presentará una crisis depresiva.
La depresión puede causar grandes sufrimientos y trastorna la vida cotidiana. Son diversos los diagnósticos de depresión que podrían reflejar, depresión aguda, depresión unipolar, depresión mayor, que es muy importante asistir rápidamente, pues en la vejez es uno de los grupos poblacionales que presentan ideas suicidas y otros trastornos.
A nivel de síntomas tenemos:
Tristeza constante por dos semanas o más.
Sentirse lento, cansado.
Preocuparse excesivamente acerca de problemas económicos o de salud.
Ideas nihilistas, ideas suicidas, o ideas psicóticas delirantes.
Sentirse inútil o imposibilitado.
Cambiar de peso.
Hiperkinesia.
Dificultad para dormir.
Dificultad para concentrarse.
Síntomas físicos o somáticos.
Existen tratamientos a nivel de psicogeriatría a prescribir, pero muy diferentes a la psiquiatría de adultos. En la vejez siempre hay que descartar las causas si son causas orgánicas o biológicas, psicológicas y sociales, además de prescribir los psicofármacos antidepresivos que se recomiendan en esta etapa de vida. Los efectos secundarios, dosis y horarios de toma, pueden afectar la farmacocinética geriátrica. Por ejemplo no se recomiendan los antidepresivos tricíclicos ya que presentan muchos efectos secundarios, afectando a los adultos mayores. Se incluye en los tratamientos las psicoterapias y si presentan depresión resistente al tratamiento con los psicofármacos, los tratamientos de neuroestimulación específicamente la Estimulación Magnética Transcraneal repetitiva puede ser una opción. Algo a resaltar, es que esta población tienen preferencias por suplementos alternativos, como por ejemplo: té de hierbas, por lo que hay que explorar estas conductas ya que, las medicinas alternativas pueden presentar también efectos secundarios.
Recordar que en toda depresión los tratamientos a tiempo ayudan.
Referencias:
1. La salud mental y los adultos mayores. Organización Mundial de la Salud. Nota descriptiva N°381. Septiembre de 2015.
2. Nina, RE. La depresión en la vejez. DECEP. Universidad de Puerto Rico. 2018.
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